¿Quiénes vendrán a la Escuela Pública? Alberto Heredia Castillo

• 

  Es complejo entender lo que sucede desde hace unos años con la escuela pública del nivel básico sobre todo. Un nivel con millones de actores, veintitantos millones de alumnos y millón y medio de profesores; mala calidad, deficiente preparación, inasistencia al trabajo (las clases), de miles de docentes en protestas diversas y hoy, contra las reformas a las leyes y reglamentos sobre las condiciones y relaciones de trabajo, precedidas de reformas curriculares con base en el concepto de "competencias" y ya no de conocimientos, habilidades, aptitudes y actitudes.

  "Evaluación" es la palabra, esa palabra que encierra tanto y que los profesores hemos batallado tanto para entender y más para aplicar con nuestros alumnos, pues es un proceso serio que inicia y da seguimiento a una práctica realizada en las aulas. Es más fácil medir conocimientos, que llevar los instrumentos necesarios para tener elementos en lo individual sobre el desarrollo y avance de nuestros alumnos. Es más fácil medir que evaluar...

  Por ejemplo; es más fácil elaborar una prueba de opción múltiple que mida conceptos y resolución de operaciones y problemas (que se revisa con plantilla y clave), a elaborar una prueba donde el alumno explique escribiendo con sus palabras, las ideas, los conceptos, los principios, la critica y lo que le queda de un tema tratado en un período determinado Una semana, una unidad, un módulo, un bloque, etc. (como se le llame en la nueva nomenclatura), hay que leer los 20 o 30 trabajos de una dos o tres cuartillas que cada niño o adolescente haga. Pero hacerlo nos acerca a la evaluación conjuntando nuestras carpetas de seguimiento individual con códigos ideados por nosotros y con indicadores que nos permitan saber si aprenden, si se desarrollan, si la clase es aceptada, interesante y de utilidad.

  Los del INEE aventaron un rollote académico similar, pero mejor que este que han leído, sin embargo parece ser que la orden fue tajante; "apliquen exámenes estandarizados y confusos para que sean cedazo y en poco tiempo podamos sacar un buen porcentaje de profesores viejos que no caben en nuestro modelo global de escuela". Así queda testimoniado por quienes presentaron examen los días 20, 21 y 22 de junio. Ya no decimos nada de la canallada de Chauyffet y su patrón Peña Nieto al "suspender definitivamente la evaluación" días antes de las elecciones para que la CNTE no realizara manifestaciones violentas con, con represión y lumbre como es costumbre. Y luego, desmentirse y volver a lo que ya se había anunciado y programado. El INEE quedó exhibido como lo que es, un instrumento del ejecutivo y no un instituto autónomo. Smelkes, Niebla y todos los demás doctores debieran haber renuciado por la afrenta a su preparación y prestigio académico, pero no lo hicieron por obvia$$$ razone$$$.

  ¿Qué quieren entonces nuestros gobernantes y los empresarios que les definen el menú de políticas públicas?

  Lo primero es desprestigiar al magisterio que por muchas décadas y en mayoría, fue elemento clave en los procesos electorales para dar triunfos al PRI a través de los mecanismos y estructuras profesionales implementadas por el SNTE sección electoral por sección electoral y que aún lo hace con otros colores. 

  Hubo una época en la que participar de lleno con un candidato importante, daba el derecho (no escalafonario) a obtener una dirección o una supervisión y a la plaza de hijos a veces sin estudios de Normal o de escuelas de nivel Superior. La SEP lo supo siempre y lo avaló totalmente y la SEP es el ejecutivo presidencial.

  Los empresarios tienen bien medido al magisterio y no le reconocen su valor como un gremio de trabajadores y profesionales en la tarea de educar y formar ciudadanía y comunidad. 

  Desprestigiar es una medida del capitalismo global- neoliberal, que se implementa antes de desmantelar un sistema, un gobierno, una empresa o una actividad programática, porque los ciudadanos prefieren que se vayan para que no sigan haciendo mal con los medios de comunicación adecuados. Así ha pasado con las más de mil empresas administradas por el Estado mexicano cuando existía el Estado benefactor previo al neoliberalismo y que inició a vender Carlos Salinas de Gortari a sus amigos y socios; resultados no diferentes en el servicio al cliente. Así está pasando ahora mismo con las instituciones de seguridad social.

  Si el magisterio queda desprestigiado, si las escuelas formadoras de docentes (Normales y Normales rurales sobre todo), quedan desprestigiadas, el pueblo no verá mal que las transformen o las desaparezcan, si se van los profesores de hoy, formados en esas escuelas y considerados ineficientes y poco idóneos para el nuevo modelo de escuela pública ¡que se vayan! dirán las poblaciones de las ciudades y de las rancherías que sufren a veces por las ausencias de sus mentores.

  ¿Quién vendrá luego? Pueden llegar jóvenes operadores de programación dirigida a la instrucción de niños y jóvenes en preparación para ocupar puestos en las empresas que llegarán en lo que queda de este siglo a saquear los recursos de la tierra, de los ríos, humedales, mares , espacio, etc. .Para eso no se requiere vocación, solo necesidad de empleo; pueden ser eficientes en el uso de Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación, la mayoría de seguro, carecerán de pensamiento critico porque así les forman en las universidades y tecnológicos donde el humanismo es algo romántico y poco práctico (en la mayoría, no en todas).

  Llegarán también docentes de nuevo cuño formados en las nuevas normales muy similares a las escuelas superiores del nuevo modelo neoliberal, con fines globales, para que no tengan ataduras de nacionalismo, soberanía, historia nacional, pensamiento critico, pero sí eficientes en la operación de enseñanza programada y muy conductual, aunque disfrazada en el discurso como constructivista.

  La deshumanización social se controla con policías y ejércitos bien armados y remunerados, dicen los neocapitalistas globales.

  En el mundo se libra una guerra real del capitalismo en esta última fase global, contra los gobiernos que todavía defienden sus recursos y soberanía. no es fácil para estos, porque se aplica la misma estrategia de desprestigiar, de acusar por violación a los derechos humanos, por represión a la libertad, por defender su territorio y pretender tomar decisiones propias, por ser y propiciar el terrorismo...

  A este país le esperan muchas cosas más gruesas que lo de las escuelas públicas; cuando lleguen las empresas corporativas por el petróleo y el gas profundos,con sus técnicas de fracking, cuando se generalicen las explotaciones mineras a cielo abierto procesando millones de toneladas de material al día y utilizando químicos venenosos que contaminan arrollos, ríos, lagos, presas, mantos freáticos, entonces sí tenderemos un problema de supervivencia. 

  Como escribió alguna vez Franz Hinkelamert, estamos cortando la rama del gran árbol, sentados del lado equivocado.

  No soy de la CNTE, no me gustan sus métodos, ni sus estrategias, tampoco sus tácticas de lucha y de negociación, pero sé que lo que ellos plantean ahora, es digno de ser analizado por los mexicanos que leen y piensan, platicarlo y llegar al convencimiento de que es necesario plantearse la lucha por un nuevo sistema político dentro de la democracia, que refunde la República con una verdadera división y autonomía de poderes, porque lo que hoy tenemos, no es más que un virreinato al servicio de un imperio.