Translate

domingo, 19 de octubre de 2014

La mecha incendiaria: Ángel Aguirre Rivero Pbro. Camilo Daniel Pérez


    Ante la indignación, la rabia contenida, la impotencia de los ciudadanos de México y otras partes del mundo por el caso de los normalistas de Ayotzinapa, Guerrero, aunado a la ineficiencia, a los embrollos leguleyos, a los mea culpas que suenan a hipocresía, a las omisiones, a los ocultamientos, a las corrupciones, a los lavados de mano de las autoridades competentes, afloró la violencia de reacción manifestada en la quema del Palacio del Gobierno Estatal y demás acciones ampliamente reseñadas en los medios de comunicación.
    Ante tanta violencia institucional arropada y ocultada con frases lapidarias y por demás gastadísimas, como “es inaceptable lo sucedido”, “actuaremos con todo el rigor de la ley”, “llegaremos hasta las últimas consecuencias caiga quien caiga”, tenemos que afirmar categóricamente que los únicos responsables de los incendios de los edificios públicos y demás acciones violentas son las mismas autoridades, comenzando por el mismo Gobernador de Guerrero. Él es la mecha incendiaria más visible de los tristes acontecimientos.
    Planteadas así las cosas, estoy convencido que solamente se tendrá paz en la región de Guerrero y ayudará a la paz en nuestro País si se cumplen los siguientes puntos:
    1º.- La mejor contribución que puede hacer el Gobernador de Guerrero para la paz que necesitamos es la renuncia a su cargo. Él mismo ha expresado su voluntad para traer paz y tranquilidad en la entidad. Solamente le basta un poco de dignidad y honestidad consigo mismo para realizar esta acción a favor de la paz y concordia.
    2º.- Otro elemento pacificador es indudablemente la puesta en actividad de todos los recursos disponibles para la aprehensión del Presidente Municipal José Luis Abarca y demás responsables de los arteros crímenes contra los estudiantes. Además, deberá informarse con puntualidad a la opinión pública lo que se está haciendo para lograr su captura.
    3º.- La aceptación por parte del Gobierno Federal y Estatal de que lo sucedido a los estudiantes no solamente es un hecho perpetrado por delincuentes, sino que tiene todo el calificativo de un verdadero crimen de Estado, con responsabilidad en los tres órdenes de gobierno y, además, con grandes sospechas de haber sido un plan previamente concertado. No pueden desaparecer 43 jóvenes estudiantes de la faz de la tierra y menos de la noche a la mañana sin la connivencia de las autoridades.
    4º.- Lo más importante y urgente: La aparición de los estudiantes normalistas desaparecidos, como afirma la Oficina Ecuménica para la Paz y Justicia de Munich, “apegándose en todo momento al rigor de los protocolos en la materia, permitiendo la participación de estudiantes, familiares y miembros de la sociedad civil de manera respetuosa y organizada”.
    Quiera Dios que estos puntos se pudieran realizar, a pesar de la enorme capacidad mimética que tienen las autoridades y la no menos larga lengua de los políticos.

No hay comentarios: