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martes, 24 de enero de 2012

¿El regreso del "uno de tres" Salvador Camarena

¿El regreso del “uno de tres”?
Salvador Camarena
La frase “El PRI rompió con el Panal” no se puede traducir como “Enrique Peña Nieto rompió con Elba Esther Gordillo”. La cancelación del acuerdo firmado en noviembre por el partido del más adelantado en las encuestas y la organización política de La Maestra le devuelve margen de maniobra a la líder magisterial y no necesariamente significa que el priista, en lo personal, se quedará sin el apoyo de Gordillo, de su partido o del magisterio.
“Libertad”, con esa palabra definieron ayer cercanos a Elba Esther Gordillo el ánimo que privaba en el entorno de la líder luego de que se diera a conocer la ruptura. No saben si Mónica Arriola seguirá su camino rumbo al Senado vía Chiapas (se le juntó la chamba pues le encargaron parte de la redefinición de la estrategia), pero reiteraron que Fernando González sí se mantendrá en la competencia del escaño de Sinaloa. Esas fuentes fueron insistentes en subrayar que en ningún momento hubo tirantez con Peña Nieto, y acaso creen que a Luis Videgaray, el coordinador de la campaña peñista, le faltó oficio en la negociación que nunca incluyó a Pedro Joaquín Coldwell, sino a “los interlocutores de siempre”.
Por su parte, Peña Nieto podría haber ganado una aliada sustancial por la que ya no tendrá que dar explicaciones en público. El priista reiteró este fin de semana lo que ya había dicho en W Radio hace mes y medio, que él quiere aliarse con los maestros, a quienes no considera los malos de la película. En aquella entrevista radiofónica dijo que “se ha exagerado al señalar al Sindicato de Maestros como obstáculo a las reformas. La OCDE, en algún documento sobre nuestro país, señalaba que se ha abusado más en señalar al sindicato en algo que es una responsabilidad del Estado y del Gobierno”.
Además, Peña Nieto ya no tendrá que tolerar cuestionamientos sobre su matrimonio con La Maestra ni en la prensa ni de organismos como Mexicanos Primero, que cuando se supo de la alianza PRI-Panal llamó a la opinión pública a demandar al candidato priista aclaraciones de qué era lo que había comprometido a cambio del apoyo de la líder del SNTE. La ruptura, incluso, podría significar una mala noticia para la sociedad: Si antes había una plataforma que hacía públicos los acuerdos, al menos los acuerdos formales, ahora el candidato y Gordillo podrán beneficiarse de la discrecionalidad de nuevas negociaciones.
¿Alguien se imagina mortificada a Elba Esther por tener que definir en unas cuantas jornadas candidatura presidencial, lema de la misma, posicionamiento mediático de su agenda? Vuelve a tener todos los naipes en la mano, incluido aquel de “uno de tres”, donde logró el voto diferenciado de cientos de miles de sufragios a favor de Felipe Calderón.
Sin duda la ruptura también tendrá costos. Pero en un escenario donde el priista logre contener a sus compañeros opositores a la alianza, y el PAN no elija a Ernesto Cordero como su candidato, Peña Nieto y Gordillo podrán pasar del compromiso formal a una bonita y en este caso nada moderna relación abierta

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